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lunes, 21 de noviembre de 2016

"Hallelujah"

Su forma es dulce y distinta. Distinta de verdad. Cómo calla, cómo aprende y me enseña, sobretodo, me enseña. Las veces en que habla sin decir nada, y las que revienta cabezas cuando lo verbaliza.

Cuando quita algo, siempre da(de más, de todo y más). No deja margen de error al errar, porque para eso ya estoy yo. Hace que me sienta pájaro, cuando yo sólo quiero ser yo, con él.

He aprendido a esperar, por lo que vale(s). 
Me has enseñado a mirar, lo que ya creía repasado. 
He aprendido...
Me has enseñado...
He aprendido....
Me has enseñado...
He aprendido...
Me has enseñado...
He aprendido...
Me has enseñado...

Por fin. Un sinfín. 



Nada iguala su esencia. N a d a. 








La forma está en hacerlo de verdad.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Pretendemos ser Reyes modernos y no somos más que bufones de un pasado mal labrado. Los malabares se sirven cada puesta de sol junto con las manos temblorosas que los portan. Dejemos caer el peso de la realidad a un lado y descansemos las espaldas. No pretendamos forzar cerraduras de puertas que ni siquiera existen. No somos tanto. Seamos, y dejemos ser. Sin máscaras más caras que la propia cara. No volemos si no tenemos alas. Siendo humanos estamos bien. La sensación es palpable incluso en tierra abstracta. Y la firmeza me la das en el preciso instante en que consigues ser nada.


miércoles, 31 de agosto de 2016

53.0 Km.

La composición de un cuadro es tan compleja como simple. Su complejidad reside en las mil sintonías que puedes sentir mientras lo contemplas, mientras te inclinas lo necesario para poder oler los resquicios de pintura mal puesta que ha quedado al descubierto para ser el manjar de millones de orificios nasales. Su simpleza reside en que es un cuadro, y nada más. Entonces ¿por qué nos gustan tanto los museos? Yo los odio. Porque siempre que voy, me dejo algo allí; cuadros por ver, pensamientos, sensaciones, tiempo, sonrisas, lágrimas. Y, ni yo llego nunca a entenderlos como sus artistas pretenden (o no),
ni ellos entienden qué coño hacemos allí, mirando algo inerte, proyectando nuestras ganas en un sinfín de cuadrados más o menos rectangulares, en lugar de hacerlo con aquel que está justo a nuestro lado, haciendo exactamente lo mismo, desde su ventana. 


miércoles, 27 de julio de 2016

Una vez estuve en el mar. Allí todo es real, todo es continuo y etéreo. Es salvaje e inefable. Como tú.
Una vez estuve en el mar. Y me gustó demasiado lo que vi. (¿A quién no?) Nadie es capaz de no mojarse los pies en la orilla.
Una vez estuve en el mar. Muy pocos se atreven a adentrarse y nadar. Y nadar. Y permanecer. A pesar de las olas, a no pesar.
Una vez estuve en el mar. "Ningún hombre es una isla, oh, esto lo sé. Pero, ¿no te das cuenta? Quizás fuiste el océano cuando yo tan solo era una piedra".
Una vez estuve en el mar. Tenía tu cara, preciosa y profunda. Tu corazón, inmensamente brutal.
Una vez estuve en el mar. Lo escuché. Suena a ti. Todo el mundo cree escucharlo, pero se equivocan. Las olas no son lo único que suena. Suenan tus pies descalzos, suenan tus rodillas al andar, suena tu corazón al ritmo de TU música, suena tu mirada espectacular, suena tu silencio, suenan tus ganas de volar entre olas, suenan tus tantas cosas que contar, suena tu puta alma, suenan tus pocas pero necesarias ganas de correr, suena tu yo más interno, suena tu sonrisa con poderes, suena todo lo que aprendo de ti, suena todo lo que no te gusta aprender de mí, suenan las palabras que no encuentro para definirte, suenan todas las vidas que viviría contigo, suena mi osadía para con tu ser, suena la ineptitud de quien se cruza contigo y no se para, suena mi mano en su cara, suena...

Suena....
y sigue sonando, que yo seguiré escuchando.








jueves, 14 de julio de 2016

El jardín se situaba justo en la parte de atrás de la casa de piedra. Las vallas eran de madera vieja y cuarteada por el paso del tiempo. En el interior de aquel poseía un césped poco cuidado y con más altura de lo habitual. Para cruzarlo tenías que levantar las piernas hasta casi darte con las rodillas en el pecho. Una vez lo hizo. Dio la vuelta a la casa, recorriendo las paredes con las yemas de los dedos, como si quisiera memorizar cada piedra mal puesta, cada recoveco, por si no encontraba el camino de vuelta o por si no quería verlo. Al llegar al jardín analizó con cuidado el lugar por el que podía entrar. Una vez lo encontró, se dirigió a él con decisión, agachó la cabeza y apoyándose con una mano en la madera superior fue introduciendo el cuerpo poco a poco hasta notar la hierba en su cara, ahí se detuvo un segundo, y al siguiente ya estaba dentro. Levantó la cabeza lentamente, contemplando todo el recorrido hasta tener la mirada paralela al horizonte. El tiempo se detuvo, sólo unos segundos. Los justos para entender que ese jardín jamás había sido pisado, jamás había sido olido, jamás había sido visto. Jamás había sido. Y, esbozando una sutil sonrisa, se dedicó a respirar, a admirar, a no pensar. Qué difícil era respirar. Qué difícil admirar. Y, más aún, no pensar.. Pero, esa vez, lo hizo.

Al salir del jardín, con pesada dificultad, notó que algo le molestaba en el tobillo izquierdo. Un escozor poco habitual, pero bastante familiar. Se agachó para ver de qué se trataba y vió que tenía un color necrosado que le subía por la pierna hasta llegar al pecho, de donde provenía todo. Y recordó la frase de su enfermera favorita: "un corazón necrótico es un corazón en el que una parte se ha destruido".

Se levantó, miró hacia la ventana del dormitorio y, para sí, dijo: Hasta otra.



https://www.youtube.com/watch?v=MqoANESQ4cQ




lunes, 13 de junio de 2016

Diario de un tuerto.

"Y ,de entre tantos puntos de vista, tuve que fijarme en ella. Llevaba gafas y no paraba de reírse."

Es curioso cómo creemos saber del mundo y no sabemos ni siquiera del nuestro. Creemos tener la certeza absoluta de que lo que vemos es lo que está pasando y nada más. Y, sobre eso, vamos actuando.

Podría contar un sinfín de historias que se dan simultáneamente a lo largo del día, pero, por desgracia, no pregunto lo suficiente para que quieran responderme.

Nos limitamos a ser, y es ahí, en la limitación del ser, donde todo explota. Imparable.

Quizás, un día, te propongas ver el mar de lejos y acabes bañándote. Ese día, por favor, disfrútalo. Y, si te preguntas cómo has acabado así, mira a tu alrededor. Eres dueño de tu destino, capitán de tu alma... pero todo el mundo lo es.



sábado, 14 de mayo de 2016

"Les dije que esa criatura era más sofisticada que cualquiera de nosotros. Que los de su especie son principalmente subterráneos. Y que la están tratando sin compasión ni respeto. Les expliqué que lo único que quiere es reconstruir su nave. Una aeronave formada por esos cubos de formas complejas, hechos de un material admirable. Y que nunca comprenderemos por completo."

Nos apalancábamos en las sillas de la taberna mientras él nos contaba aquella historia. Unos oídos más sordos que otros, pero ahí estábamos, haciendo como que sabíamos de todo, cuando en realidad no controlábamos nada. "..un par estaría bien, pero" "No, tú con un par no tendrías bastante, te lo digo yo". Se lo dice él.

Llegamos a la segunda cerveza y casi sentimos que podíamos volarnos las cabezas con solo guiñar un ojo y apuntar con el índice al objetivo,  y con el pulgar al necio. "Alguno debería explicarle que así no se hace.." "No, es que así está bien, te lo digo yo".
Se lo dice él.

No pasamos de la segunda, pasamos los segundos asegurando seguirnos, solo hasta que estuviéramos seguros. "Tres canciones de LODV, dos suspiros, un gesto de vergüenza, van ya en lo que llevamos de noche". Era increíble la forma en que pintaba todo de color sin tener ni siquiera la intención.

Como hojas mecidas por el viento bailaban unas ganas de empatía, un abrazo al aire, dos sonrisas con caldo para mañana, tres intentos de mejorar el mundo, cuatro entes desconocidos y descosidos a pellizcos de realidad, un sinfín de horas elásticas, las ganas de parar, de aflojar, para seguir aprendiendo a escuchar. Sentirnos parte de algo, tener en cuenta los cuentos que te cuentan y poderlo mirar, admirar y mimar. Tener tiempo para eso, eso no necesita más. Y en derredor sólo estaba lo que no se puede contar; las palabras cambiadas por un ademán, los intermitentes de avería que no se pueden fijar, las manos sujetas a la copa para no visceralizar de más, los guiños por debajo de la mesa, el ello y el superyó (que no tardó en salir). Salimos por la puerta de atrás, sin dejar mucho espacio al azar. Y este folio acabó hecho pedazos: uno por cada cosa que no dejó de tener en cuenta.

Gracias. (os lo digo yo).






lunes, 9 de mayo de 2016

"La estética de la estática"

"Lo sé,
porque ya ocurrió antes:
pasaré la noche
escuchando la estática,
el zumbido magnético
de patas eléctricas
de mecánicos virus
que no podemos pegarnos
por más que nos peguemos
a la pantalla para tocarnos.

Lo sé,
porque ya pasó antes:
que la estática nos abraza
y coloniza el espacio,
la brecha que se abre
cuando las palabras
se baten en retirada.

Pero no es silencio,
no es ausencia, ni la nada,
es un siseo que serpentea
engatusando la distancia
con el amago perpetuo
de una nueva llamada,
del mayor Tom, de Houston,
de la mismísima hada madrina,
es un canal abierto
por donde aún puede entrar tu aliento,
es una frecuencia libre,
un chiporroteo en el vinilo
que siempre precede al regreso
del primer movimiento de la sinfonía
del falso eterno comienzo.

Lo sé,
porque ya pasó otras veces:
que ambos sintonizamos
a la vez la estática,
cada uno recién callado
al otro extremo del hilo,
siguiendo cada coletazo
del látigo de cobre y estaño,
escuchando en vilo,
temblando en cada crujido
de los insectos que infestan la radio,
imaginando que ahí sigue el otro,
como nosotros, acurrucado,
frente al panel de mandos,
con el peso de mil soles negros
combando la chapa
de esta cápsula de escape
eyectada hace más de treinta años
del vientre de la nave madre.

Lo sé,
porque siempre nos pasa lo mismo:
tememos quebrar con semántica
el sortilegio, recién callados los dos,
cada uno a un extremo del mundo.
Pero a la vez respiramos fuerte,
soplamos en la arena eléctrica
y hacemos ondas mecánicas
para que formen un mensaje en la estática,
una señal del humo en el polvo magnético:
<<Más allá del "buenas noches"
sigo aquí, al otro lado.>>

Lo sé,
ya está comprobado,
que no hay modo de saberlo,
cuál será el día que al levantar el botón,
al decir <<cambio>>,
solo permanezca la estática en un receptor,
solo en un extremo del hilo,
nada más en uno de los polos,
solo en una de las cápsulas,
con el nivel de oxígeno en descenso,
ya no un amago de llamada,
ya no un chisporroteo de vinilo,
ya no un glorioso compás de comienzo,
más bien un surco en bucle al final del disco,
un SOS estéril que rebota en planetas muertos.


No sé,
porque nunca antes me ha pasado,
y, como no hay modo de saberlo,
habrá que probar suerte,
levantar el botón y decir <<cambio>>...

                                                  ...en este extremo del hilo,
                                                  la estática sigue sonando..."


Ventresca Mortal.



miércoles, 4 de mayo de 2016

Rondaba un tiempo mucho antes de que cualquiera de vosotros existiera; vestía sandalias minimalistas, una sábana enrollada por su cuerpo, pelo largo (todo lo que el tiempo y la melanina habían querido) y una barba de la misma edad. Se dedicaba a contar cuentos en un idioma que nadie entendía. Y yo vengo a contaros otro; él venía a poner el mundo en llamas: no quería quemarlo todo, destruirlo, al contrario: buscaba llenar de luz a las personas. Un día, estando sus enganchados comiendo, él levantó la cabeza al notar una mirada clavada en él. Era un cupcake hecho mujer. Sin mediar palabra, ella se giró y se dirigió hacia el lugar donde, segundos después, él la siguió. Cuando él entró, ella estaba de pie, mirando hacia la puerta, era sabedora de que él aparecería, y apareció. Jesús (así se llamaba el muchacho) se acercó a ella hasta que pudo sentir su aliento. Se miraron durante unos pocos minutos. Se dijeron tanto. Su mirada estaba llena de cándida inocencia.... tanta que se abalanzó sobre ella y la llenó de luz, eternamente.


martes, 3 de mayo de 2016

Y, como si de otro día corriente se tratara, cogió la taza y se la llevó a la boca. Un sorbo pequeño, suficiente para notar el veneno sin llegar a excederse. Lo ordinario.

Fijando la atención, pero no en demasía, en un artilugio novedoso (sin embargo, poco notorio en el ambiente) se acerca para explorarlo sin profundizar mucho en él, como un mono purgándose. Y, de repente, como si de un tsunami se tratara, comienza un ritual, uno verdaderamente extraño; piensa en el viento y un vendaval azota su cara. Cuesta creerlo. Lo extraordinario.

Y es que, así es,  "lo ordinario y lo extraordinario se dan la mano cada día."

lunes, 25 de abril de 2016

Es curioso que a algunas personas les interese más el dolor ajeno que su bienestar. Es curioso que les interese en tanto que si de poder hacerles mayor mal se trate, lo hagan. Es curioso. También es curioso que a mí me duela eso, es curioso. Es muy curioso que vuestro tacto se encuentre en el punto exacto por donde cagáis. Muy, pero que muy curioso. No deja de ser curioso que me preocupe en aliviaros el dolor y ustedes en todo lo contrario, curiosísimo. Curiosidad la que tengo por no entender como nadie es capaz de hablar de nadie sin conocerlo, curioso cuanto menos, ¿verdad? Y del maravilloso arte de poner vocablos en bocas cerradas, de eso también podríamos escribir un libro. Pero que si quieren que la abra, yo la abro, señorxs. Yo la abro. Pero no será para vomitar, no. Será para daros mucho amor, mucho. Tanto que os avergüence y abrume hasta tal punto que tengáis que empezar a curiosear sobre el por qué de un alma tan negra (la vuestra, por supuesto).

Queridos, no choquéis tanto conmigo; cuando uno se da contra el espejo, acaba reflejándose. Todo.

viernes, 8 de abril de 2016

Humano:
1-Adj. De la humanidad o del ser humano, o con sus características:
Un defecto humano.
2-Caritativo, solidario y bondadoso:
Tiene un carácter muy humano.
3. m. Persona, hombre:
Nosotros, los humanos.

Desconocemos los alcances y el destino de nuestra propia especie. Quizás ahí es donde radica el problema. Creemos que ser humano es ser bueno, y nada más.  Nada más lejos.
Querer a otro ser humano sin querer sus defectos es como pretender coger una rosa y no pincharse con sus espinas (no es casualidad que sea una flor). La maravilla del ser humano radica precisamente ahí, en que es humano, y es ahí también donde radica su hedor. Y, a priori, hay dos opciones: amarlo tal cual es (si es que llegamos a saberlo) o dejarlo ir y amarlo desde lejos. Sin pincharse con las espinas, imaginando el olor, contemplando su belleza… la nuestra.
Espero, algún día, aprender a querer(…) con la primera definición. Y, si no lo consigo, seguiré contemplando a mi rosa desde aquí.



miércoles, 16 de marzo de 2016

"No se preocupe, no es más que un simple dolor de cuello"

La culpa puede manifestarse de formas muy diferentes;

Me siento ridícula. Estoy intentando comunicarme contigo a través de un papel que nunca te llegará y que, aunque te llegara, no entenderías; te pondrías a jugar con él (eso, en el mejor de los casos) o te lo comerías a trocitos (eso, en el peor). Dedicaste tu vida entera a hacer que me sintiera llena, como nunca. Y ya me podía caer un meteorito encima o partirme un rayo por la mitad, que si llegaba a casa y estabas tú, mi corazón se hacía inmenso y eterno de nuevo. Llevo tiempo echándole la culpa a todo y a todos, menos a mí. La verdad es que a este ser le cuesta reconocer que ese hueco no se va a llenar, nunca más, de ti.

La culpa me apalea a diario. El remordimiento, la impotencia y el odio también tienen cabida en esta mesa: odio hacia mí por hacer lo que hice pero, sobretodo, por creer que esta mierda que siento es más importante que lo que pudiste llegar a sufrir tú, sin quejarte una sola vez y amándome todas. No sé qué hacer para echarte de menos sin que me duela, para poder mirar tus fotos sin tener que desviar la mirada de lo más maravilloso que ha pasado por mi vida. Tampoco sé cuántas veces tendré que pedirte perdón por no haberte mirado más y mejor, ni si podré volver a tener a uno de los tuyos en mi casa. Te parecerá una tontería (o ni siquiera, porque tú ni te lo planteas, no tienes tiempo para eso, sólo para amar) pero siento que te estoy fallando,y a mí misma, si intento llenar ese hueco. Siento como si te estuviera sustituyendo y eso jamás.

Sé que podría haberme ahorrado toda esta parrafada, pero no puedo hacerlo abrazándote fuerte, o molestándote o muriendo y reviviendo cada vez que te miraba, perdón, que me mirabas. ¿Sabes? Ya no me gusta que otros perros me laman. Ya no me gustan muchas cosas desde que no estás. Ni me gusta que no pudieras hablar mi idioma y decirme qué te estaba pasando (siento no haberte preguntado). Y, en el peor de los casos, que pudieras decirme qué querías tú, qué necesitabas y si me estaba equivocando. Es demasiado insoportable sentir todo esto, pero a fin de cuentas así es el ser humano. Ojalá pueda llegar a aprender a querer la mitad de puramente que tú. (Lo siento y siento saber que no es suficiente).

Te quise, te quiero y te voy a querer siempre.


PDT: No hay ni una sola terapia o fórmula secreta para superar esto, porque no hay nada ni nadie que sea Ella.

martes, 8 de marzo de 2016

Sin razón aparente, había despertado del letargo. Su grilletes habían tomado una textura análoga a la de un cordón milimétrico enrollado en sus muñecas. Su pesadez se hacía cada vez más liviana y en sus pulmones no parecía caber más aire. Sus pupilas se sumergían en un estado de belladona perpetuo e impasible. A su alrededor no se oía más que un piano tocando una melodía punzante, firme, pasional y solitaria. Hablaba del coraje, de la rabia, de la osadía y a la vez tenía la sensibilidad de un diente de león, la más pura que había podido percibir en todos sus años de vida, y eso le asombraba. Le hacía sentir vivo, tanto que siguió caminando hacia ella hasta colocarse a una distancia prudencial y excitante; justo al lado del piano, pero frente a la artista. De modo que ,cualquiera, podría haberse sentido intimidada por aquella presencia extraña, confusa, misteriosa, tímida y al  mismo tiempo demasiado atraída, por haber llegado tan lejos; tan cerca de su espacio. Nadie, nunca, había sido capaz de invadir esa zona de una forma tan verdadera. Pero no parecía tener intención de querer poseerla, sino de seguir su instinto, esa era la esencia de su magnetismo. Por un momento creyó tener el control, creyó que esa noche podría llevárselo a la cama, por un momento. Hasta que terminó de tocar. Levantó la vista y lo vio ahí, aún más impasible que a su llegada, mirándola como quien mira el mar, sin moverse, sin esperar nada. Fue entonces cuando se dio cuenta de que la arrastrada sería ella.

lunes, 29 de febrero de 2016

"Diamantes de sangre."

¿Qué tengo que hacer para que me veas? Cuando la pregunta más certera, quizás, habría sido ¿qué tengo que hacer para que me mires? Es curiosa la forma en que ciertos seres tienen que mantenerse. Los que no tienen pies, no les queda otra que arrastrarse, nadar o, en el mejor de los casos, volar. (Esto ya a gusto del sector). Los bípedos, pueden explorar desde una posición algo más cómoda, con respecto a los reptiles, aunque no soy reptil par conocer el placer del arrastre. Los cuadrúpedos, sin embargo, no creo que lo pasen mejor que estos. Y ni hablar de los ciempiés. Pero, como digo, sigo sin saberlo. Y podría seguir hasta nombrar a todos los tipos de formas y seres que conozco hasta hoy, o incluso más investigando un poco. Sin embargo, a lo que voy es que, por si no os habéis dado cuenta, hay seres que, aún teniendo las mismas formas de mantenerse, las mismas características biológicas, físicas, mentales, orgánicas, botánicas, esporádicas, astrolopitecas, masturbáticas. Aún así, no consiguen que los miren de la misma forma. A esos son los que yo llamo.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Obliviate es imposible.

Cierro los ojos y ascendio en silencio. Los abro sin prisa. Noto un anapneo instantáneo que actúa como de un modo natural realizando un aresto momentum al ver la sutil forma que se aparece ante mí. Confundus...

Creía que confringo no afectaba a humanos.

Extiendo el brazo lentamente con un temblor inevitable. Apenas puedo dejar de pensar en que no puedo evitar moverme en esa dirección. Consigo alcanzar la piel de aquel rostro y férula.
Glacius me invade. Al mismo tiempo, miro hacia abajo y toda una nebulosa blanca se enrosca entre mis pies. Levanto la mirada. No estoy familiarizada pero tampoco extraño esas sensaciones. Esa forma frente a mí extiende su brazo... orchideous. Todo alrededor sigue igual, salvo un hueco vacío que se empieza a llenar. Oculus reparo... y empiezo a sonreír... por ver.

¿Eso es música? Ya la necesitaba.

La forma que me acompaña empieza a moverse hacia mí con movimientos nada descubiertos, incluso atropellados, y me doy cuenta de que yo estoy haciendo lo mismo. Estamos tan cerca. Protego totalum...

Un relashio aparece en su ser y el mío...
silencio.

Wingardium leviosa se rebela y roza... el alma.




viernes, 29 de enero de 2016

"¿ASÍ QUE QUIERES SER ESCRITOR?"

"Si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
ó clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.

Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

Si primero tienes que leerlo a tu esposa
ó a tu novia ó a tu novio
ó a tus padres ó a cualquiera,
no estás preparado.

No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
ó hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo".