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lunes, 29 de febrero de 2016

"Diamantes de sangre."

¿Qué tengo que hacer para que me veas? Cuando la pregunta más certera, quizás, habría sido ¿qué tengo que hacer para que me mires? Es curiosa la forma en que ciertos seres tienen que mantenerse. Los que no tienen pies, no les queda otra que arrastrarse, nadar o, en el mejor de los casos, volar. (Esto ya a gusto del sector). Los bípedos, pueden explorar desde una posición algo más cómoda, con respecto a los reptiles, aunque no soy reptil par conocer el placer del arrastre. Los cuadrúpedos, sin embargo, no creo que lo pasen mejor que estos. Y ni hablar de los ciempiés. Pero, como digo, sigo sin saberlo. Y podría seguir hasta nombrar a todos los tipos de formas y seres que conozco hasta hoy, o incluso más investigando un poco. Sin embargo, a lo que voy es que, por si no os habéis dado cuenta, hay seres que, aún teniendo las mismas formas de mantenerse, las mismas características biológicas, físicas, mentales, orgánicas, botánicas, esporádicas, astrolopitecas, masturbáticas. Aún así, no consiguen que los miren de la misma forma. A esos son los que yo llamo.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Obliviate es imposible.

Cierro los ojos y ascendio en silencio. Los abro sin prisa. Noto un anapneo instantáneo que actúa como de un modo natural realizando un aresto momentum al ver la sutil forma que se aparece ante mí. Confundus...

Creía que confringo no afectaba a humanos.

Extiendo el brazo lentamente con un temblor inevitable. Apenas puedo dejar de pensar en que no puedo evitar moverme en esa dirección. Consigo alcanzar la piel de aquel rostro y férula.
Glacius me invade. Al mismo tiempo, miro hacia abajo y toda una nebulosa blanca se enrosca entre mis pies. Levanto la mirada. No estoy familiarizada pero tampoco extraño esas sensaciones. Esa forma frente a mí extiende su brazo... orchideous. Todo alrededor sigue igual, salvo un hueco vacío que se empieza a llenar. Oculus reparo... y empiezo a sonreír... por ver.

¿Eso es música? Ya la necesitaba.

La forma que me acompaña empieza a moverse hacia mí con movimientos nada descubiertos, incluso atropellados, y me doy cuenta de que yo estoy haciendo lo mismo. Estamos tan cerca. Protego totalum...

Un relashio aparece en su ser y el mío...
silencio.

Wingardium leviosa se rebela y roza... el alma.