Y ahí estaba ella. Sentada en su silla, como de costumbre. Con una sonrisa débil, pero pura.Te miraba y te daba los buenos días, como si fuera algo excepcional e imprescindible para cualquier mortal. Y debería serlo, pensamos a la par.
"¿Qué tal has dormido guapa? Yo he pasado una noche un poco rara. He dormido poco."
Su expresión al oír estas palabras fue indescriptible. "Hija, ... Una muchacha tan joven, no puede no descansar..." Y, cada palabra, sonaba como si lo estuviera sufriendo de una forma desgarradora.
"Come algo, hay melón en la nevera". Ella es única. Todo lo soluciona comiendo, y riendo. Y, creo que, es la mejor de las formas, habidas y por haber.
A decir verdad, sé que hay algo más fuerte. La miro y "sólo" veo pureza, como un árbol antiguo que ha soportado cada impulso de la naturaleza, sus lluvias frías, el calor del verano secando sus hijas y sus hojas. El otoño, que las devuelve al suelo.. Y, ahora, sólo queda la más pura de las sabias.
Y,ella, apoyando la mano en su frente, ha decidido esperar a que llegue el invierno.
No tiene prisa. Porque, mientras llega, ella disfruta de cada uno de los momentos rutinarios
. Con la alarma de su sonrisa puesta. Por si algo ...consigue romperlos.
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