Hay veces en las que es tanto que tiene ganas de explotar, y
explota. Sin más. Ni menos. Hoy lo hizo en forma de abrazo y lágrimas. De las
mejores sensaciones que hacía… ya ni me acuerdo, que no sentía. Y vino en forma
de ternura ,sutil y escondida. Tímida de ser descubierta y dañada. Es tanta la
inmensidad que me provoca que las palabras se quedan lánguidas para
describirlo. Melancolía sería banal. Pesar… se le acerca más. Pesar de no poder
sentir “eso” en cada momento. Ya lo oí alguna vez: la belleza hay que
disfrutarla, dejar que fluya y no aferrarse.
A esa forma de llover, “gotas” en tu cara y en la mía.
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