Tú no eres
tú. Tú eres la consecuencia de nacer, del azote que te dieron, de la forma de cogerte
de la matrona, del primer latido que escuchaste, de las ondas de la incubadora
donde terminabas de hacerte, de la primera decisión que tomaste: dedo, chupete
o manos bajo la sien.
Que tú no eres
tú. Tú eres el efecto de tu primera caída y la forma de levantarte o quedarte
en el suelo.
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