Ayer intenté prender la luz para sentirme como en casa. No
funcionaba. Desenchufé el cable y apreté la bombilla. Tampoco. Finalmente
decidí quedarme a oscuras, con la única luz de la pantalla de una vida
artificial. ¿Alguien se ha parado a preguntarle a ella qué tal? ¿Alguien ha
dejado de abrocharse sus camisas hasta no poder respirar para desabrocharle a
ella un solo botón? Tenemos demasiado tiempo para estupideces que no valen nada.
Y muy poco tiempo bien empleado. Si pudiera, tiraría de la cuerda hasta que
salieran a flote nuestras vidas. Esas que hemos ahogado en minucias para
comprar otras pocas. ¿Tan lavados estáis para temerle a la “suciedad”? No.
Simplemente estamos ciegos de sexo y faltos de ganas. Algunos las encuentran llevando su cruz a cuestas. No digo que esté mal, de hecho, por no decir, ni digo. Se necesita mucho valor para cargar a hombros tanta culpa y luego beber a su salud. Continuó su viaje a ninguna parte y, mientras unos bailaban al son de unos pájaros flamencos, otros lo hacían al son de sus latidos. Expectantes de emoción, las piernas temblaban, los estómagos rugían y una mano tuerta extendió un trozo de algo que se asemejaba al pan, a cada uno de los presentes, presenciales. La reacción de aquellos inocentes al recibir tal "presente" invadió su alma de tristeza al oír aquellas palabras: “Qué
buena persona eres”. Está todo tan
cuadriculado que, cuando vemos una forma sin aristas, pensamos que es un
milagro. Cuando realmente no es más que la forma de nuestros ojos. Circular. Como
todo debería ser. Circular. Y que circulara por todas partes por igual.
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martes, 29 de abril de 2014
martes, 22 de abril de 2014
"Que no se vea no significa que no esté".
Hay ocasiones,y ocasos,en las que las cosas no siempre
empiezan por el principio. Ni siquiera empiezan con un “Hola”. Hay ocasiones,y
ocas,que empiezan en una carrera por secarse y salirse del mundo un rato. Un
estanque de lágrimas puede ser un gran comienzo para echar a correr en la
dirección co-RRECTA (dijeron todos al unísono: árboles, patosos y pájaros
de alas cansadas).
Activó las teclas especiales y empezó a tocar,con pies de plomo. Esa
melodía a veces puede calar tan hondo, tanto, que se te encharquen los pulmones y no te des cuenta. En la Luna
de Valencia siempre se ha estado muy bien, pero cuando te asomas a esos ojos nuevos,
como ella, es algo insalvable. Cómo vas cayendo en una madriguera
interminable,sin tiempo para pensar demasiado.
Esta es la historia de la falsa tortuga. Esa que tenía una
carrera políticamente correcta y una larga historia por contar. Y es que,verás,cuando empiezas a caer en algo tan inmenso, desconocido y al
mismo tiempo.. familiar.. ya no puedes, ni quieres (me temo), salir. La verdad, puede que
ni yo me entienda e incluso puede que haya seguido demasiado a raja tabla el
consejo de la oruga, y no pare de preguntarme “¿quién eres tú?” pero, cuando un
país no es suficiente para ocultar esto, hay que empezar a creer en 6 cosas
imposibles antes de desayunar y, última-mente, diaria-mente, onírica-mente…
todas terminan en té.
Que no sé quién robó las tartas, ni tampoco sé si la
cuadrilla de la langosta llegó a deleitarnos como dicen.
Sin embargo, a través del espejo te veo a ti, en tus no-cumpleaños,
mirándote en él y “sólo” he venido a asegurarme de que este Cheshire encuentre
motivos para mantenerla siempre radiante. Incluso hoy.
Feliz (no)Cumpleaños.
martes, 1 de abril de 2014
Hoy no fuerzo. Hoy me esfuerzo, por hacerlo simple.
Me contó su rutina,
como mucha gente ha hecho días atrás. Pero esta vez, algo cambió dentro de mí,
quise tratar de hacerlo yo. Ver si era capaz de conseguir una constancia
mínima.
Probé a hacerlo un día, y al siguiente, aunque me costara,
también. Y al otro también lo hice. Me costó hacerlo, pero lo hice. Cogí un
papel y puse las marcas que debía borrar ese día. Sólo conseguí borrar una. Al
día siguiente ninguna. Pero,al siguiente: el papel seguía ahí, simplemente sonriendo,
sin necesidad de recordarme que tenía que seguir, porque ya lo hacía sola.
Perdón,por no ser tú.
Tú no eres
tú. Tú eres la consecuencia de nacer, del azote que te dieron, de la forma de cogerte
de la matrona, del primer latido que escuchaste, de las ondas de la incubadora
donde terminabas de hacerte, de la primera decisión que tomaste: dedo, chupete
o manos bajo la sien.
Que tú no eres
tú. Tú eres el efecto de tu primera caída y la forma de levantarte o quedarte
en el suelo.
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