Siempre me gusto esa palabra. Existen millones de decepcionados, y existen unos pocos millonarios mas.
Una de las más grandes ambiciones del ser humano es tener dinero, también es la mía, no me atrevería a juzgar por esta tan simple y primitiva imagen que tenemos del dinero.
A todos nos gustaría tener un millón de euros en nuestra cuenta corriente e incluso bajo una falsa baldosa en el rincón mas insospechado de nuestro cuarto de baño. Pero...¿acaso no existen otros planes para mi?
Tengo un mejor plan: pasar por aquí conforme a mis caprichos y locuras, ¿quizás la vida no se resume en eso?. No me va pensar qué de mañana o en el cuando de después.
Tengo una técnica que es irremediablemente absurda, pero a la vez tan oportuna y eficaz... Me levanto todas las mañanas, me miro en el primer espejo que encuentre en mi camino, y por muy desaliñado que esté o aunque mis pelos parezcan salidos de una película de terror, me digo a mi mismo que HOY PUEDO, HOY VOY A CONSEGUIRLO.
Y nó! No consiste en pensar el qué voy a hacer hoy ni tampoco el qué me deparará el día, simplemente consiste en atentar contra mi tristeza; consiste en atarte un hilo en los laterales de tu bonita y cuidada boca patrocinada por Colgate y pasarlo por detrás de tus orejas estirar fuerte y lo demás fluye solo.
Sonríe, mirate en un espejo o haz lo que te dé la real gana, pero saca esa sonrisa que te guardas a pasear que seguro que estas terriblemente irresistible.
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